"Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da. Nada es más simple. No hay otra norma. Nada se pierde, todo se transforma."
No lo olvides.
No olvides, como las flores. Cierra los ojos, vive, cambia las cortinas de tu habitación imaginaria. Pero no tires los viejos peluches, hazles vestidos nuevos y plancha los viejos, ponles parches, haz algún remiendo. No ocultes las manchas de la alfombra, los papeles desparramados por el escritorio, los colores de la pantalla de la lámpara. Los pósters de las paredes, las fotos, el tablón de corcho. No cambies la vieja cinta de la radio, no la tires, no la dejes atrás. Y el walkman, y el mp3, y la música desde el ordenador; no lo cambies. Sólo no olvides.
No olvides, como las flores. Como el aire y como las nubes, que tienen su ciclo. No olvides.
Hoy me he levantado con ganas de recordar.
Quizá por eso, D'Averc ha vuelto a pincharme con su ironía.
-Pero muchacha, es que ya no te preocupas de los viejos soldados.
-No, Sir Huilliam, no es eso. Es que hoy me apetecía lamerme las heridas.
-¿En qué guerra te las has hecho, chiquilla?
-En las vidas de mis años y en los años de mi vida, Sir Huilliam.
-... Caramba, chiquilla. O vigilas o acabarás volviéndote como yo.
-¿Acaso eso es malo, señor?
-Malo no sabría decirte. Sin duda peligroso. No todo el mundo soporta a quien se conoce a sí mismo.
-Pues yo me estoy conociendo, Sir Huilliam. Y con mis más y mis menos, estoy encantada con la experiencia.
-Sí, a eso me refiero.
No olvides.
Nomeolvides azules para el recuerdo.
No olvides que ahora te conoces.
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