miércoles, 25 de abril de 2012

Puimcíní bán, aoibh gháire bán

Calabaza blanca, sonrisa blanca.
Chesire con barba paseando por calles valencianas.

Sábados de juntarse con amigos que acaban a las 3'30, pero se clausuran a las 7'40 de la mañana en compañía de sonrisas y un par de bromas.
Y un coche blanco como carruaje de Cenicienta.

¿La conclusión?
Kael es LERDA para entender las indirectas.

O eso creo.
Como soy así de lerda no me entero.
Un mensaje con carita feliz. Sin comerse la cabeza.



(Mañana recuperación de documentos legales arrebatados... en una semana, esfinge mata-peatones, o intento de, según dé de sí el vehículo granate.
Comienzo de trabajos remunerados. Y de los trabajos por afición.
Un "Prometeus" personal, que en breves se pondrá a funcionar.


He visto a alguien por la facultad.
Ha sido divertido; ha sido relajado, tranquilo.
Ha notado vertigo él, no yo. La esfinge madura, se fortalece.)



Y quién sabe si vuelve a haber calabazas 207 en mi barrio.
Con cocheros de abierta camisa casual con vaqueros y sonrisa blanca, con música hasta las tantas, que al decir "el año que viene vivo en Italia" hagan una mueca y se enfurruñen.
"Allí todos son unos zalameros. No me caen bien, demasiado melifluos, demasiado casanovas."
"¿Dices que todos son unos lobos?"
"No, digo que al verte, se te lanzarán al cuello: las garrapatas intentando cubrir a la loba".
"Soy de felinos"
"Pues las ratas, queriendo conquistar a una pantera."
Rock'n'roll del viejo, rock callejero y la radio. Amanece desde hace un buen rato.
"Gracias por traerme a casa"
¿No hay dos besos? ¿En serio, so mema? ¿Es el cansancio, la falta de sueño, el coche, o que los ojos marrones te miran indescifrables? Tú eres tonta, niña de mi alma. Pero muy tonta, Kael.
Eh, que de su parte no los hay tampoco.
No me jodas, conciencia. No te me las des de sabihonda. Que no tenemos vergüenza hasta ahora.
"De nada, Kael. Cuando quieras."
"¿Tú no eras difícil de encontrar?"
"¿No eres tú a la que se le da bien investigar?"
"Wow. Cuánta fé en mí"
"...Ah... Pues sí. Quiero decir, que sí. Sí."
"Buenas noches"
"Buenos días"
Guiños de despedida, sonrientes. Hombros tensos mientras vuelves a la calle y dejas atrás el asiento cómodo del Peugot-calabaza.
¡Eh, tú! ¡Tú, esfinge tonta!
¡Tontucia! ¿No te has dado cuenta? ¿Por qué piensas las cosas un martes de madrugada?

En ese momento... Me hizo gracia.
Ahora me arranca carcajadas. Conversaciones extrañas, con gatos del barrio que se dejan ver de Pascuas a Ramos, y a las tantas.


...Pues ahora te esperas, que si no hay baile en Palacio este fin de semana, quedará el miércoles o el jueves para hablar por las redes sociales. Dale tiempo, esfinge-pantera. Dale tiempo, que la historia -aunque sea de  ingeniería senderil- parece buena. Interesante. ¿Interesa?



Al menos, no se te eriza el pelaje con malos presagios.
Se me retuercen los bigotes. Creo que se acercan momentos alegres.
Eso parece.

Los felinos son inteligentes. Ergo las panteras son inteligentes.
Los humanos son idiotas. Ergo, las esfinges son inteligentemente idiotas.
Menos mal que lo llevas con una sonrisa.


Porque si no, me daba una paliza yo misma.
¡Sonrisas entre semana!


La esfinge se desahoga.
¿Alguien la entiende? Roar, dice la "pantera".
Me sacaron una carcajada a las 8 de la madrugada.

jueves, 12 de abril de 2012

D'Averc (VI) Dantés

-Dicen que todos somos Edmundo Dantés.

+Desde luego, ¿quién, por mísera que sea esa presencia, no tiene la sombra de Dantés en su corazón? Un paria que deviene social, un social que es un paria. Una persona que no es. Es el reflejo de la sociedad, de cada uno de nosotros. Lo extraño es encontrarse un abate Faria, que asome tímido los ojos tras la mirada de un individuo cualquiera por la calle.

-Sir Huillam, os encuentro filosófico.

+¿Cómo, si no, explicarte que tú también eres Edmundo Dantés, niña?

-Pero yo sólo mencionaba lo que he oído decir.

+Y yo te lo he confirmado. La grandeza de Montecristo es que se venga de igual manera que podría hacerlo cualquiera, porque es cualquiera. Él sólo espera, aguarda. Y confía en que el azar le ayude.

-¡Pero hace uso del dinero!

+Igual que sus enemigos. Mas... ¿acaso no es el azar quien le proporciona su fortuna? Te repito, niña; que Edmundo Dantés duerme en cada uno de nosotros. Un ciudadano más, que se sienta en un rincón, esperando que el viento cambie a su favor. Como tú o como yo. Para bien o para mal, en cada uno de nosotros vive Dantés, esperando a abrir los ojos.


Ser Dantés y temblar al leer "FIN"; ser lector
y temblar al leer "Capítulo 1: Marsella. La llegada".
Todos somos Dantés, dicen.




¿Demasiado Dumas, o demasiada filosofía?

lunes, 2 de abril de 2012

Frásaí teaghlaigh

Supongamos...

...que existe una pequeña, absurda, alocada familia. Que se quieren, que se ríen, que en cualquier momento sueltan frases sin sentido que provocan una carcajada.
Supongamos que es una diminuta familia donde proliferan imaginación y sonrisas.
Supongamos que tienen su propio mundo.
Supongamos que son mi familia.


Supongamos que este fin de semana era necesario.
Supongámoslo.


Es demasiado fuerte. Esa cadena que nos une.
Esa cadena que está hecha de seda y risas.


Dragones, gelatinas, damas y gatos.