martes, 17 de julio de 2018

Atlántida y el ka

Pues naaaada.
Buscando trabajo por si acaso para septiembre, posible trabajo ya encontrado para septiembre. Pero seguiremos buscando.
Ahora mismo estoy leyendo 'Corazones en la Atlántida' just because vi hace poco la película y, carajo. Ted Brautigan ES Anthony Hopkins al cien por cien.

Cambiando de tema, estoy avanzando con las Doñas. Tengo avanzada a Morgana de forma que sólo me falta detallar el fondo, y a Anahita justo al revés: tengo el fondo detallado y escorzado sólo el cuerpo y el rostro.
Y voy a meterme en camisas de once varas sólo por practicar a dibujar art noveau.


¡Oh! Y por fin he comprado un cacharro para sustituir a mi portazo-ipod. Portazo-ipod, aka el ipod nano que pasó a mejor vida tras pillarlo con la puerta del coche. Pobre cacharro, once años de perfecto funcionamiento para acabar aplastado de un portazo. La cuestión es que sonar, suena. Sonaba. No se puede cargar, ni conectar al pc ni ver la pantalla. Pero sonaba. Y estaba medio destripado. Ha resistido como un valiente.
Ahora hay cacharro nuevo. Veremos.

We!
We will resist and bite!
Bite hard
'Cause we are all in sight!

miércoles, 4 de julio de 2018

Ponicornio Chicle

He visto a la Princesa Chicle (he pasado medio día con ella por la ciudad, actualizándonos y riéndonos de los ficus, de las preguntas de sabores cambiantes y de ilustraciones horribles que no entendemos por qué no nos tatuamos /sarcaaaaaaasm) y, por favor, no sé si estaba yo más contenta de verla tan estupenda, o ella de poder salir de casa y relacionarse con el mundo.
Se ha acabado el post-operatorio, se ha acabado la incomunicación por culpa de la radiación, se ha acabado la mayor parte del traume, el impacto más fuerte y peligroso. Ya estamos en aceptación e integración a la normalidad y ver su sonrisa y su fuerza hace que todo sea más bonito y maravilloso.
No sé, tampoco, si estaba ella más emocionada con su Ponicornio, o yo de ver cómo se ha enamorado del susodicho Ponicornio. Y sigo convenciéndola del placer que ha sido hacerlo, ponerle todos los detalles que hacen reconocible que es ella en un poni unicornio (¿Pilláis lo de Ponicornio, eh, eh? Mi humor absurdo y yo campando por la vida), pendientes, cicatriz, gafas, rosa y morado y tatuaje incluidos.

Qué maravilloso es verla así.
Tan fuerte, tan brillante. Tan llena de energía.
Toda una guerrera. Y una persona preciosa, más todavía por dentro que por fuera.
Qué regalo más bonito me dieron en noviembre mis amigos en el Take Cover, presentándome una persona tan parte de mi vida.