Madre mía, madre mía, qué inicio de cumpleaños más espantoso y qué final más extraño, intenso y genialoso.
Todo empezó a mejorar desde que me junté para cenar con mi Lady particular. Luego el conciertazo de InMute en el Peter Rock. Incluso vi a Cris. Poh favoh.
Y nos juntamos demasiados locos en un mismo lugar, en un mismo momento, y hubo chupitos para celebrar mis 27 y hubo música cutre que nos sabíamos de memoria y cantamos a voz en grito y musica buenísima que cantamos más fuerte todavía mientras bailábamos haciendo el ridículo y defendiendo nuestra postura de que Star Wars murió hace tres películas y el mal menor es Rogue One porque las otras dos no hay por dónde pillarlas. Y discutiendo con Paco que Darth Maul no está muerto. Es canon, joder, tiene patas de androide-araña. Cagüenlahostiaya.
Y acabamos en el coche con Disney porque era lo más lógico y normal tras un concierto de dos horas de death metal.
Y la cagué a lo grande pero todo está perfecto porque era algo que se veía venir y que esperaba con ganas, así que a lo mejor de cagada nada, pero bueeeeno. Tú me entiendes, D'Averc. Lo que me gusta enredarme la vida para entretenerme.
Y mañana, a Madrid.
¡Nos vamos!
