lunes, 27 de agosto de 2012

...

Acabo de llegar, y ya me marcho otra vez.
Mis pies no descansan.
Sólo lamento no tener más días para estar con ellos, con la pequeña y alocada familia que conformamos. Porque cuando regrese, no tendré tiempo para verles. Será volver, cambiar de maletas, marcharme de nuevo.
Lejos.
Mucho. Lo suficiente como para hacer pocas visitas al año. Si es que se puede.

Y no les he dicho cuánto les quiero.
¿Por qué el calendario va tan rápido?

jueves, 23 de agosto de 2012

Íntimo

"Como Machado y Gerardo Diego, siempre a ti he de volver, Castilla. Soria verde y medio dormida".

Eres una tierra de magia.
Te avalan Gerardo Diego, Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer, Tirso de Molina, Julián Marías, Fernando Sánchez Drago.
Eres una tierra de sueños y misterios.

Ya lo escribió, en su "Bécquer en Soria", Gerardo Diego:

"Poetas andaluces
que soñasteis en Soria un sueño dilatado:
tú Bécquer, y tú, Antonio, buen Antonio Machado,
que aquí al amor naciste y estrenaste las cruces
del dolor, de la muerte...
Desde el cántabro mar, también, como vosotros, subí a Soria a soñar."


No es poeta de mis preferidos. Pero lo resume. 17 años de mi vida, 17 agostos de mis años, en los que mis ojos se empapan de tus parajes verdes y tus silencios largos, del vuelo de tus águilas y buitres leonados, de los ciervos que te recorren junto a los caminos, en tu espejo de negra laguna, en tu río a veces furioso torrente y otras silenciosa fuente lleno de piedras en que tantas veces me he bañado y he dejado la sal de mi Mediterráneo correr.
Soria que me vio crecer y me observa madurar año tras año, que guarda recuerdos tempranos, que calla secretos oscuros bajo la sombra de robles, encinas y pinos; que pone piedras en el camino para seguir adelante, que hace que hierva la sangre convirtiéndome en una mota más del paisaje indómito, salvaje y dormido.
Soria de tranquilidad, droga poética. Si no voy a ti, se me mueve algo por dentro, una inquietud, un malestar. Se me va el sueño y el hambre, dejo de maullar al viento, de enseñarle los dientes al enemigo, de andar contracorriente. Eres mi opio, mi veneno. No ir a ti, es no ir a mí misma.

Soy una gata callejera, una Esfinge sin pedestal; pero, aunque enamorada del mar, tus tierras y yo sabemos la verdad. Las raíces que te colman el suelo, las nubes que cubren tu cielo, tus rincones secretos y tus montañas ariscas, tus colinas suaves, los girasoles que te manchan, los trigales que te doran, las casas de piedra que te decoran, las gentes que te pueblan, las leyendas que te conforman y los misterios que escondes. Lo saben, como yo.
Si algún día reclamo tierra alguna, si necesito descansar, si quiero deponer las garras en el sendero que recorro al revés, si necesito detenerme a respirar, si busco un sitio al que llamar hogar...
Por mucho que no tengas mar, Soria, llegaré. Me acogerás, como lo haces desde hace 17 años. Te abrazaré, derramaré las lágrimas necesarias, y cada mañana respiraré el aire de tus sierras, escucharé el rumor de tu sangre helada (Duero, Duero, ¡cuántos años de baños y daños nos esperan! Las marcas de tus piedras se marcan como siempre en mis rodillas), recorreré tus carreteras, estudiaré tus paisajes, me convertiré en una más de tus gentes, me esconderé en la noche oscura del cerro para otear lechuzas, venados, zorros. Contemplaré tu límpido cielo estrellado, donde descubrí el placer del silencio y las estrellas, donde me enseñaron constelaciones y por primera vez vi la Vía Láctea, donde las Lágrimas de San Lorenzo me saludan cada año.


Soria, medio dormida vives y medio dormida me matas cada año.
Volveré el año que viene a ser una gota más de sangre en tus venas, lo prometo.
Sabes que va el poco honor que tengo en ello.


Dice Machado (éste sí, mi poeta de Soria entre Soria y sus poetas):

"Allá en las tierras altas,
por donde traza el Duero
su curva de ballesta
en torno a Soria, entre plomizos cerros
y manchas de raídos encinares,
mi corazón está vagando, en sueños..."

Jamás fui tan feliz como cuando, un verano, mi padre me regaló su viejo libro de "Antonio Machado: Obras Completas" en tus tierras. Viejo libro y vieja tierra florecida. Me aprendí al dedillo el poema que lo estrenaba (versos de Darío al poeta del Duero por su muerte) y el que le contesta (Machado lamentando que el de ultramar falleciera). Devoré aquellas líneas que, amante de tus gentes y tus tierras, tu hijo adoptivo (pues así lo proclamaste), escribió desde lo más profundo de su corazón; porque eran las líneas que me habría gustado escribir yo.

Este año he recorrido nuevamente tus miradores, tus parques, tus ciudades, tu Playa Pita y tu Embalse de nombre pintoresco (¡Embalse de la Cuerda del Pozo!). Recuerdo cuando el pueblo sobre el que descansa asomaba sobre el agua en forma de enhiesta chimenea. También tengo en la memoria el año en que, preso el ladrillo que la formaba de la acción de viento, hielo, sol y agua, la chimenea cayó al fondo, con el resto de su pueblo. Aún asoma el puente romano, valiente.
Este año había poca agua que lo ocultara, casi hemos podido tocarlo con las manos.
Asomará siempre a mis labios la sonrisa al recordar que, hace tres años, obligué a mis padres a seguirme el ritmo. Ritmo que no esperaban. Visitamos cada ciudad donde Machado y Diego te escribieron, donde Bécquer guardó sueño por las noches.
Recité "A un olmo seco" frente al olmo al que Machado (¡Buen Antonio Machado!) escribió. Lloré junto al monte que Bécquer usó en su Monte de las Ánimas. Casi encuentro su lago de  Ojos Verdes. Me volví llanto junto a la tumba de Leonor, y destrocé los pies de mis padres (mi hermana, por suerte, se libró de mi peregrinación enloquecida) marchando de un punto a otro de tu esmeralda geografía.
Recorreré de nuevo esa senda mística mía, algún día. En silencio, sola, con mi libreta en mano para anotar pensamientos, día a día, sensaciones, dibujos rápidos que capten lo que me embarga el corazón.
Soria, Soria mía.

Me senté en Baeza, en un bar oscuro y pequeño, de callejón, mientras mis padres repasaban el mapa que debía llevarnos de vuelta al pueblo en que nos alojábamos (Vinuesa que siempre me roba el alma, que este año impide que olvide cada una de sus piedras y sus cuestas), a beber, completamente perdida en mi cabeza, una limonada. Este año me han explicado la receta del brebaje, con ese vino afrutado y seco de pueblo, canela, limón y azúcar. Y concluí que sí, que eres la tierra en que aovillarme.

Soy gato de pueblo marino.
Pero son tus tierras de montañas, ríos, cerros, barrancos, encinares, colinas, pueblos de piedra, recovecos en los bosques de robles, rebaños de vacas y ovejas, paseos a caballo y vuelos de rapaces; donde el cuervo grazna a las 9 de la mañana y la noche se pasa contando estrellas, donde la Laguna Negra refleja los secretos del cielo y tus vientos transportan los sonidos más allá de las piedras que los escuchan...
Son tus tierras a las que acudiré a ronronear cuando mis huesos pidan calma, paz, sosiego, arraigar.


Tú eres el hogar de mis raíces.
Y el mar, el murmuro que me habla de ti.

Te contaría tantas cosas, Soria. Te cantaría tantos versos. Te dedicaría tantas horas y tantos sueños, que hasta mis desvelos te pertenecerían, que cada respiración mía sería tuya, cada bocado que me alimentase, mi sangre derramada para nutrirte.
Me ato tanto a ti, que hace daño, un daño sordo en las entrañas, que constantemente me recuerda que te he vuelto a visitar, y vuelto a abandonar, como todos los años.


Y como todos los años te digo, Soria, provincia de una Castilla imponente que duerme por siempre...

Voy a volver a ti.
Por siempre, y un poco más.


Estatua de Gerardo Diego en Soria, con
los versos finales de "Bécquer en Soria". 





Y cada noche, murmuro tus títulos y lemas.
Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Soria.
Soria Pura, Cabeza de Extremadura.
Soria, la Bien Cantada.
Soria, Ciudad de los Poetas.


miércoles, 8 de agosto de 2012

¡Agosto!

Buen viaje para esta gata que se mueve con el viento del norte a tierras de montaña.

Buen viaje, para el gato del barrio que se marcha por Sicilia y vuelve a por cerveza fría y conversación.

Buen viaje a todos los que no se quedan quietos. Y a los que se quedan en el mismo sitio, buen viaje también.




Cerrado por vacaciones, 11 días.
A no ser que pase algo importante.
O que se me vaya la cabeza.




Buen viaje, buen viaje.
Montaña, aire, fiesta, piscina, verde.
Y cerveza al regresar.
Y una sonrisa muy grande, ojos marrones.

martes, 7 de agosto de 2012

Du, du hast!

Cantar Du Hast en la plaza del barrio, a las 6 de la mañana, hablando de cosas que realmente no importan. De rebote.
La de "a saludar y a casa".
La de "a las dos, me voy".
La de "¿No lo decís en serio?".
La de "bueno, nos hacemos el último...".


Perros de 12 años, italianinis sicilianos, una Ferrari porque decir un Ferrari está mal, ¡Enzo viene de Vicenzo y tú no me haces caso!, el 26 marca en la agenda que me debes una cerveza. Me da miedo preguntar porque el pingüino perdido se llama Tembleque ("porque tiembla" "¡jamás lo habría adivinado!"). ¡Hey, listen! ¡Hey, hey, listen! "¿Quieres dejar de ser Navi?" "¿Desde cuando soy un Avatar?". Aspersores que llegan hasta los bancos, columpios, una especie de segundo tobillo por el que tuve que dejar el baloncesto. Discusión filosófica sobre moai thai, conclusión: kendo, kick-boxing, boxeo y moai thai, molan.
¡Hay que ir a un concierto de Red Hot Chili Peppers para poder decir que tu vida ha sido llena!
-¿Repetimos Du Hast, que el policia y el idiota del Chino nos la han fastidiado?
+Espera, dejamos a Ramos y a Teru, y así cantamos a volumen bien, del de no escucharnos ni los pensamientos.
*Sois unos cabrones, a nosotros también nos gusta Rammstein.
-+¡Fuera de mi casa/coche!
¿Eso es tu frase del verano? ¡La mía es todos a casa de... y digo un nombre al azar! ¡Por ejemplo, todos a casa de James! Espera, no, que vive a mi lado y no me dejaréis dormir... ¡mierda!
¿Oye, yo había quedado contigo esta noche en que me iba a casa de unos amigos, no? ¿Y yo qué sé, si cada vez que me muevo me dais un cubata? ¿Eso es cocacola con...? Beefeater. ¡Gracias al cielo, por fin alguien que no lleva ron y bebe ginebra! ¡Dame! ¡Pero si tú llevas exactamente el mismo cubata! Cierto... ¿lo quieres?
¿Pasa algo si te hago así en el pelo? Que me despeinas. Ya, pero,  ¿pasa algo? Que me despeinas, sólo eso.  ¿Pero pasa algo? ¿¡Pero quieres dejar de despeinarme, copón!? ¡Eso es lo que yo decía!
¡Localillos! ¡Que alguien mate al Chino! ¡Yo, dejádmelo a mí!
+¡Tú! Ven aquí. Que llevo tres horas pensando... ¿A qué diablos te huele el pelo?
-¿Puedo responder con el rey león?
+¿Se puede hacer acaso de otra manera?
-Siiiii tienes hambre yo te voy a dar badadabadam dooooos buenos cocos de verdaaaaad...
+¡Mister Bean! ¿Coco, en serio?
-Yeah.
+¡Ooh, soomeetiimeeeeeeees, iii goootaaa feeeeeliiinggg!
¡Y esto es así porque cuanto peor voy, más bebo y mejor me encuentro!
¿Oye, y si en vez de apoyarnos en el coche nos sentamos en el banco? ¿Carrera a través del aspersor? Vale, pero luego nos sentamos en el banco.
¿No nos hemos olvidado a alguien? ¿Lo dices por James? ¡Que va, si ese con tal de no ir a casa con su hermano y la novia...! ¿Le cae mal la novia de Deiv? No, es que no la traga. Eso es caer mal. No, es que no la traga. Si le cayera mal, creeme, tu amiga iria a lloraros enseguida. ¡Quita, quita, pues que no la trague!


+¿Entonces, te vas esta madrugada?
-¿Y tú el 13?
+-Eso es que en cuanto volvamos, quedamos para esa cerveza.




+¿Sabes que ayer mi madre me dijo que te conocía desde pequeña?
-Joder, tío. ¡Si nos hemos criado juntos!
+¡Pues será por eso!


lunes, 6 de agosto de 2012

Tre gambe per una banca

El cuento tiene una calabaza blanca y una calabaza negra.
Cuatro ojos marrones.
Dos sonrisas muy blancas.
Una que acaba de volver de Italia, otra que no quiere volver allí.
Y a esta gata que se va en septiembre.

El cuento tiene como marco las fiestas del pueblo.
Toros (recortes, quiebros... Nada de toreos. Ni estoques, ni capotes. Persona contra toro, sólo con sus piernas y sus manos), música, alcohol, perritos calientes/hamburguesas/pizza/patatas fritas, el paseo marítimo, un banco cualquiera frente al cine cerrado, donde el coche aparcado.

Finaliza en el mismo barrio, con la misma luna.
Con los mismos gatos de siempre.

El cuento es simple.

El cuento hace que recuerde abril y me ría. Que coja aire y pregunte "¿Esto... fue lo que yo creo? ¿Quería decir lo que imagino?". Hace que espere una respuesta, porque tengo que preguntar primero. Y lo haré mañana, ya hemos dicho que mañana es día de filosofar. Esto entra en filosofía profunda rebozada en sociología borrachil fiestera-marítima. Una nueva ciencia, si eso.
Hace que "secuestre" un teléfono para poder escribir esto. Hace que pongan en la calabaza negra cinco puertas el volumen un poco cerca peligrosamente del máximo. Billy Talent y "Diamond on a landmine".
Se ponen tres voces a cantar desaforadamente.

En el cuento, no pasa nada, excepto risas y buen rollo.
Y es una clase acelerada de italiano básico entre cubatas y patatas fritas, y otra de como reconocer las indirectas observando a los demás. No se ponen de acuerdo, las dos barbas y los cuatro ojos marrones. Las dos sonrisas blancas.
Pero es un no ponerse de acuerdo divertido, conocido, que tienen desde siempre. Por algo son, no mejores amigos, sino su propia familia idiota.

En el cuento, la gata negra callejera aprende.
Uno dice "te vas a ir y nos vas a volver con un italianini spaguetti de esos, ya verás. Y eso no está nada bien". ¿Eso es una indirecta? Y me aplauden, porque la he pillado. Yo hincho pecho, como un pavo real macho en pleno cortejo. Nos reímos.
El otro dice "te vas a ir, y volverás medio italianini. Pero te visitaremos y no te dejaremos estar a solas con los italianos, tú acabas con alguien aquí". Y se me quedan mirando los dos. ¿Es comienzo de indirecta? Y el dueño de la calabaza negra, recién llegado de Italia, da un beso en la frente, un trago de cubata y dice "No. Era directa completa. Tú acabarás regresando solita, y caerás con alguien del grupo". "De nuestro grupo, para más datos".
Vale, chicos. Eso sí es una directa.
""¿Lo ves? Ya las vas pillando"". Lo dicen a la vez, sonríen a la vez, bebemos a la vez, nos reímos a la vez y el resto nos mira. Somos gatos del mismo barrio, nos conocemos desde siempre.

El cuento dice que estoy disfrutando mucho.
El cuento acaba con "continuará".

En el epílogo, hay tres voces.
-"No nos vuelvas con un italianini, de verdad. Haz caso de lo que te ha dicho éste"
-Si él es medio italiano casi.
-"Por eso, nena. Hablo con conocimiento de causa, porque acabo de volver de allá. Acaba con alguien del grupo, que lo disfrutarás más".
-¿No os pasáis con las indirectas y las directas? Que ya las voy pillando.
-"Mujer, si es que alcohol, veinte horas sin dormir, y enseñarte a ver indirectas mientras te picamos es divertido, entiéndenos".
-"Sasto... Ma, nena, zitto e ridere con noi (Sonríe, bebe y abre mucho los ojos. Qué cara de gato barriobajero mafioso, señores, señoras). Sapete perchè il pollo ha attraversato la strada? Per cercare l'oca!

Y reír con el final de la conversación, que no tenía nada que ver.
Ha sido divertido, muy divertido.
Eh, dejarme terminar de escribir, malditos.






Aparcan, devuelvo el móvil.
¡Vamos a quemar la discomóvil, gatos del barrio!

domingo, 5 de agosto de 2012

Questo è...

...quello che volevo dire.

Más o menos.



È questo.
Pues sí. Sonrisas de oreja a oreja.








¿Quién me lo iba a decir?
Si esto es productivo y genial.

Questa notte...

Esta noche ha sido buena.

Dicen que los gatos somos animales de noche.
Es probable.
Sólo sé que ésta, ha sido una noche productiva. Muy productiva.
Cargada de buenas noticias para mí.

Me tiemblan los bigotes de las buenas vibraciones.
De las risas, bromas, buen rollo.
De los chófers casuales que viven en el barrio y tú llevas veinte años sin saberlo.
De ver la luna, casi llena, ya menguando (¿Varcolaci, quizás, ha tenido algo que ver?), iluminando esta noche de fiestas y buenas nuevas.


Si los irbis pudieran rugir, se me escucharía más allá del mundo.
Cómo no pueden, me contento con ronronear sobre mi cama, ya a resguardo de todo.
Soñando.
Con todo lo que ha pasado, lo que puede pasar, lo que pasaría si.
Lo que puede que pase.
Lo que significa, lo que yo quiero que signifique, lo que pienso que significa.
Laberintos de sueños que me arrancan sonrisas, ronroneos.
Se uno ama l'Italia!
Según palabras de un gato deportista, el otro es "cerril para esas cosas, nena".
Cuéntame algo que no sepa.
Soñando, soñando me quedo, que la luna como sueños me trae recuerdos de esta noche. Algo parecido a las premoniciones. Se llama instinto a flor de piel.

Questa notte, tutto è buono, tutto è risata.



Sonrisas para mucho tiempo, he conseguido.
Y sin gastar ninguna de mis siete vidas.








Qué productividad ha tenido esta noche.
Cuántas buenas noticias en un sólo coche.

jueves, 2 de agosto de 2012

Chanananannnnnnn

Ver una foto que no quieres y maldecir eternamente.
Enfadarte contigo misma.
Decir "no me importa".

Salir a la cocina, beber un batido frío, mordisquear chocolate y pan, tumbarte cuan larga eres en la cama, poner la música de Smash Mouth a todo volumen para no oír a los vecinos protestar, enchufar el aire acondicionado.
Decir "esto es vida".

Entretenerte mirando el techo, la nada, el horizonte dentro de tu cabeza.
Preocupar a tus padres por llevar una hora como una idiota mirando la pared.
El batido se ha acabado, sigues teniendo hambre, hace rato que la música ha parado y tú no lo has notado.
Decir "¿pero a mí qué diablos me pasa?".

Deslizarte por los pasillos como alma en pena, sin hacer ruido.
Volver a asaltar la nevera cada cinco minutos, sin llevarte nada, porque no ha aparecido comida nueva mágicamente desde la última vez.
Miradas raras desde el salón. Al menos no miras el techo.
Regreso a la cama, a mirar la nada. Suena NIN y esta vez recuerdas darle a aleatorio y repetir lista de reproducción.
Decir "pero que... Bah, a la mierda. Puta."


Y sentirte bien por ello.
Luego descubres que realmente, no te importa.




Aunque lo de "puta" te hace sentir bien y todo.

Diez

Notas mentales.

1- Dejar de tatarear en voz alta cuando me aburro... Delante de la gente. Cuando me hablan sin contar nada. Sin decir nada. En serio, Kael, gata loca. Deja de hacerlo.

2- ¿Living the dream? ¿Desde que te levantas? ¿Tú de donde sacas las energías, chiquilla? Luego te caes por los pasillos. Relaja, relaja. Relax, take it easy. Rebaja el nivel, aunque sigas en tu mundo.

3- Aprende a decir "no" en serio. Repite conmigo. No, no, no. No. Aprende a decirlo con seguridad, leñe. Que ya llevas dos o tres hoy en que tenías que haberte plantado. Asertivo-pasivo no es bueno, niña.

4- Dibuja de una vez las últimas páginas de la primera escena de Prometeus. Total, tienes de tiempo hasta el miércoles, así, por las buenas, fastidiándote el plan de escaparte a tu paraje de vacaciones por excelencia en la montaña soriana.

5- No maldigas otra vez lo oportuna que es tu hermana rompiéndose el codo. De verdad, no lo hagas. Aunque lo ansíes, sea indispensable y necesario. Escríbelo 100 veces en un papel, pero no lo murmures siquiera. Ni siquiera estando sola. Sabes que no tiene la culpa, aunque sea un incordio.
No, en serio.
Olvídalo.

6- No intentes ayudar a la gente. Sé egoísta, sé asquerosamente egoísta. ¿O te gusta ayudar para que te paguen con desprecios? Sé más egoísta. Muestra al mundo que, como buena esfinge, tienes una vena de egolatría solitaria que no se la cree nadie. Casi no te la crees ni tú.

7- Haz el favor de no leer todos los días los 29 cómics regulares y los 2 spinn off de Skinner Sweet que tienes ya. Por favor. Sería un alivio para tu cabeza. Deja de caer en esas páginas que Albuquerque dibuja tan magistralmente. Quien fuera dibujo p'acostarse con Skinner, diablos.

8- No permitas que tus notas mentales lleguen a 10, nunca, jamás. Significará que estás jodida. Bastante. El estrés no es bueno para tu pelaje de gata, para tus pulmones de humana ni para tu cerebro de quién sabe qué.

9- Duerme más por las noches, sonríe un poco más por las mañanas, toma más el sol y no discutas tanto en casa. Hará que te sientas mejor y que deje de dolerte la garganta. Que te hace falta.

10- ¿Has olvidado la 8? ¿No? Buena chica. Ves a la nevera, coge un batido helado y disfrútalo.



Decálogo mental de esta semana.
Para intentar pasar un poco más de todo.
Procrastinar mejor, olvidar el mundo.




Escaparme del día a día.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Cúig

Cinco días.
Cinco letras.
Cinco nombres.
Cinco personas.
Cien fotos.
Mil momentos.
Varios vídeos.


En cinco días, surgen frases irrepetibles. ¡Diploidía es lo de los diplodocus! ¡Vete de mi casa!
Cuando se tiene la boca llena, se dice paquidermo.
Los socorristas te miran, intentando verte los pechos.
Tragas media playa en cada ola.
La medida exacta de un laukiri no es exacta. Bueno, quizá al segundo laukiri sí lo es. Y al tercero, está clavada.
Gladiator tiene un numida muy, muy, muy majo.
El vinagre de Módena está bueno en el queso camembert sobre una papa.
La playa es más divertida con amigos.
Los paseos nocturnos sirven para conquistar un barco pirata.
Los turnos para la ducha se hacen eternos, pero hay música y Rummi para entretenerse.
¡Tigre bengalí, debajo de una palmera!
Los que se hechan crema, se queman.

Han sido sólo cinco días.
Cinco días que se han grabado a fuego.
Que nos han remezclado más, si era posible, que nos han enlazado con cadenas más fuertes.
Somos una pequeña y estúpida familia, pero somos grandes, muy grandes.
Gelatinas, dragones, damas y gatos.
Somos brillantes luces en el cielo nocturno.


Y en esa playa hemos dejado un hueco irrepetible.
¡El socorrista nos debe echar de menos!


Somos cinco, y hemos hecho tanto que parecemos diez.
Con lo bueno y lo malo de cada uno, con nuestras tonterías y nuestros momentos de lucidez.
Con desvaríos y pensamientos lógicos, nuestro nuevo diccionario (¡Batman es gay! ¡Y francés!), nuestras caídas, agujetas, enfermedades, rozaduras y falta de wi-fi.
Con la comida que sale de un ticket kilométrico, con el sofá para cinco con sólo dos almohadas, con el balcón donde comer, cenar y gritarle a los vecinos que pueden comer algo distinto al pollo/conejo al ajillo.
Han sido cinco días a enmarcar.
Cinco días que grabar a fuego en piel, mente, huesos, sangre.
Y que predicen más, donde sea, cuando sea. Pero con nosotros.
Y mejorando lo presente, que ya es top 10 en la lista "semanas de verano a recordar por el resto de mis años".


Decid que no ha sido mi imaginación, que he estado allí.
Porque ha sido tan fantástico que me parece haberlo soñado.