viernes, 28 de abril de 2017

Te quiero querer

Llevo una semana batallando con una muela del juicio. Eso hacen tres noches en las que me he despertado llorando, con el dolor subiendo por la mandíbula y el oído hasta casi los ojos. Tres noches en las que he sufrido por ese dolor, y por despertarlo.
Las pastillas nuevas me permiten dormir, y eso ya es un pequeño milagro.
Hoy ha empezado a salirme otra muela del juicio. Esta, al menos, no duele como la que aún me tortura un tanto durante el día.
Pero hoy, para cenar, he vencido yo.

Hemos vencido nosotros.

Nuova Napoli nos ha recibido al cerrar el gimnasio, nos ha alimentado y nos ha hecho disfrutar de la cena en la que prácticamente estábamos solos. Y ha sido agradable, precioso, magnífico, tranquilo.

Como la despedida.

Como la forma de decir "te quiero" que se resume en decir, de todo corazón "me encanta estar contigo y llenar nuestro tiempo".

Maldita sea, Sir Huilliam.
Es la regla de las "A". Tres amigas, tres nombres que empiezan por A.

Y con gaitas y tin whistle.
Con pingüinos y erizos de chocolate en mitad del gimnasio.
Con muchos, muchos momentos de risas y miradas cómplices.

Esta vez, sí.
De verdad. Sin miedo.

martes, 18 de abril de 2017

Ríete tú del final boss

Sobrevivimos al camino +100 de dificultad a medida que se hacía de noche, montamos la tienda de campaña (¡Y la organizamos! ¡Y la llenamos de trastos! ¡Y preparamos el colchón y sus sábanas y su todo!) alumbrados por una mini-linterna. Nos quedamos sin cobertura a mitad de camino. Pero llegamos. Y sobrevivimos al camino, al frío nocturno del que todos se quejaban al despertar y nosotros resulta que habíamos pasado calor (¡Pijamas de pingüino! ¡Manta! ¡Suelo antes que la tienda, noobs!), hicimos pocas fotos porque para qué, si estábamos allí. Hicimos torrà, hicimos de tó.
Nos reímos, nos enfadamos, nos definimos en el grupo. Y nos lo pasamos genial.
Celebramos un cumpleaños, que volvimos a celebrar ayer, que tenemos que bien-celebrar el sábado que viene.
Y estuvimos perdidos en una montaña, sin preocupaciones.


Hemos sobrevivido a la aventura.
Creo que es bastante.
Tengo que contárselo a mis niñas con todo lujo de detalles. Porque hemos desbloqueado algún logro, seguro.

miércoles, 12 de abril de 2017

Relax, take it easy. O se lía.

Que no se puede uno comunicar sin más, no. Hablar en un tono moderado y razonable, como que no es posible.
Es más sencillo gritar, decir que menos mal que tiene paciencia y no fuerza para no soltarte una hostia, y luego ignorarte infantilmente.

Menos mal que mañana nos vamos todos.
Relaja, eh.
Relaaaaaaja. Que tanto estrés no es bueno.
Que yo estoy muy contenta ahora mismo (bueno, un poco más cuando recupere telegram y pueda hablar con mis niñas para saber cómo les van las cosas) y no vas a conseguir cambiar eso. Así que, hazte un favor y relájate. Tómate las cosas con calma, que yo paso de discutirte.

Que estoy contenta y feliz.
Relaja, y descansa, por el amor de todo lo sagrado.
Y déjame cocinar, que parece mentira. Que si algo no te gusta no podemos cocinar los demás. Qué falta te hace relajarte, por favor. Aprovecha las vacaciones, anda.
Que yo voy a hacer lo mismo.

lunes, 10 de abril de 2017

Seis de hidromiel, que nos vamos

Pues eso. Que ya está.
Que nos vamos.
Que hidromiel y tienda.

- ¿Lo ha visto, Sir Huilliam?
- ¿Si te digo que tenía los ojos cerrados, me seguirás queriendo?
- Creo que lo voy a repetir durante bastante tiempo. Mucho. Demasiado.
- Eso suena serio, querida.
- Lo sé, Sir Huilliam. Me muero de miedo.
- Lo has dicho sonriendo.
- También sé eso, Sir Huilliam. También sé eso.

Nos vamos.
Abre el hidromiel, que nos lo bebemos.
¡Adelante!

lunes, 3 de abril de 2017

Peligrosos besos en la frente

- Peligroso.
- Oh, niña. No es nada que yo no quisiese dedicarle a Flana.
- Pero, Sir Huilliam...
- Aprende a bailar con tu propio diablo, niña.
- Eso intento, Sir Huilliam.
- Créeme, querida. No estás bajo el influjo del Amuleto del Dios Loco.
- Ojalá.
- Sólo quieres negarte a ti misma.
- ...
- ¿No hay réplica, querida mía?
- A veces le odio más de lo que le quiero, Sir Huilliam.
D'Averc sonríe y me da un beso en la frente.
- Ya quisieras, niña. Ya quisieras. ¿Entonces?
- Imaginemos que tiene toda la  razón del mundo. Bailamos, Sir Huilliam. ¿Y qué pasará?
- Pasará, querida, que te morirás de miedo y enloquecerás de gusto. Y que encontrarás el ritmo. Y que sonará For the love of a princess mientras mentalmente vas contando las notas para gritar al final, como Wallace. Y que no serás Flana llorando, ni serás un francés enfermizo en medio de la última batalla. Y que Bowglente cambiará al objetivo de sus versos y serás tú "como la seda, tan suave y a la vez tan fuerte". ¿O no lo viste venir desde el espigón? ¿No te lo dijo el mar?
- Sir Huilliam, en serio. No sé si os quiero vivo o muerto en este momento.
- Quieres que te diga todo lo que necesitas decirte a ti misma, niña mía. Y sabes que nada es tan peligroso como tus propias mentiras.
- Lo sé. Voy a parar de hacerlo.
- Muy bien. En ese caso, repito... ¿Entonces?
- Que suene la música, Sir Huilliam. Tengo que bailar con un diablo. Hasta el final.
- Esa es mi niña.