martes, 18 de abril de 2017

Ríete tú del final boss

Sobrevivimos al camino +100 de dificultad a medida que se hacía de noche, montamos la tienda de campaña (¡Y la organizamos! ¡Y la llenamos de trastos! ¡Y preparamos el colchón y sus sábanas y su todo!) alumbrados por una mini-linterna. Nos quedamos sin cobertura a mitad de camino. Pero llegamos. Y sobrevivimos al camino, al frío nocturno del que todos se quejaban al despertar y nosotros resulta que habíamos pasado calor (¡Pijamas de pingüino! ¡Manta! ¡Suelo antes que la tienda, noobs!), hicimos pocas fotos porque para qué, si estábamos allí. Hicimos torrà, hicimos de tó.
Nos reímos, nos enfadamos, nos definimos en el grupo. Y nos lo pasamos genial.
Celebramos un cumpleaños, que volvimos a celebrar ayer, que tenemos que bien-celebrar el sábado que viene.
Y estuvimos perdidos en una montaña, sin preocupaciones.


Hemos sobrevivido a la aventura.
Creo que es bastante.
Tengo que contárselo a mis niñas con todo lujo de detalles. Porque hemos desbloqueado algún logro, seguro.

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