viernes, 30 de marzo de 2012

D'Averc (V)

"¡Pero es que están locos! ¡Locos, poseídos por el ansia de gritar, de reñir por el mínimo motivo!"
D'Averc tiene expresión incrédula mientras expresa en voz alta mis propios pensamientos.

Así es, Sir Huillam.
La casa de una esfinge siempre tiene algún inconveniente.
Aunque sea de nuestro agrado, aunque se le tenga cariño.
Hay veces que parecen superarte, hay veces en que casi te asfixian.
Cosas de la vida. Te acostumbras a pelear sin pelear.
A vencer sin sacar las garras.




A demostrar que hay algo más en tu cabeza, que tienes demasiado espíritu.
Y eso es así, Sir Huillam. Pero tú ya lo sabías.




Por eso sigues poniendo los ojos en blanco, resignado.
Y por eso haces caso omiso, aunque te apetezca empezar una guerra.

lunes, 26 de marzo de 2012

D'Averc (IV)

" Esta noche mira hacia el cielo, lo verás todo lleno de estrellas;
cada una por un niño muerto, cada muerte una noche de pena."


Y ahora, D'Averc se pone a bailar a ritmo de rock. Entre canciones animadas de negros temas; entre canciones guarras de pegadizas melodías.
Cómo lo quiero.




Y ahora, el señor General de la Orden del Oso...
...me dice que siga a unos extraños ojos.


Pues qué sé yo, Sir Huillam. Si quiero batallar o no.






Será cuestión de pensar.

sábado, 24 de marzo de 2012

Cait réabhlóid

"...ya me dirás por qué has dejado que te pongan un collar; te sientes como un faldero más, integrado en la jauría y ya no me enseñas los dientes; te han robado la ironía [...] te obligan a arrastrarte como un triste perro herido: son peleas insulsas que te hacen perder el tiempo, que sólo buscan que olvides que eres perro callejero."


Yo no lo he olvidado.
Puestos a ser perros, soy uno callejero, sin dios y sin amo, como decía Extremoduro.


De rock español, para hacerlo comprensible.
Hoy tengo una sonrisa de las grandes. De esas que Chesire querría para sí.
Ya dije que un día sabríamos quienes eran palomas insignificantes, y quienes eran aves de sangre real (con la excepción de un par de dragones que pululan por ahí...). Y hoy, más bien, a partir de ayer noche, sabemos quienes son. Y como vaticiné (esto de ser una esfinge tiene su gracia, parece que sea vidente... todos mis presentimientos se van cumpliendo uno tras otro), yo soy un gerifalte, o quizá un águila.
Pero como dicen mis amores Los de Marras... sois perros domesticados.
Ayer lo dejé claro.
Hoy me reafirmo. Es gracioso que no se me mire a la cara cuando demuestro que tengo razón. En serio, me moría por este momento.


Llamadme egoísta, cruel. Pero ver que tienen que agachar la cabeza y hacer mutis por el foro... hace que la adrenalina me galope por las venas. Que mi orgullo se dispare. Que hinche pecho, que ruja más fuerte y que la risa resuene en cada paso que doy.





Los felinos siempre pecan de orgullosos. Dejad que no sea la excepción.






Se avecinan un par de semanas de desconexión. Se avecina trabajo, para Prometeus, para retratos. Y para 40 temas orales de Derecho Penal y otros tantos de Procesal. No estamos tan mal, oiga.
Puede ser hasta divertido, sabiendo que cuatro días son con los que callan mientras yo me río.
Puede ser curioso.
Le tengo ganas.



"El saber que aún molesto me empuja a caminar [...]
mi vicio es arriesgar, sin querer manejar; ¡desafino mi vida y la de los demás!"


Al estilo de Los de Marras, sembrando revoluciones.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Obrint Pas

...y terminar pensando que la Gossa Sorda tiene razón en su "Senyor Pirotècnic".


Ojos bicolor.


I per bandera porte un estel onejant sobre quatre vents...

sábado, 10 de marzo de 2012

Prometeus

Ya es oficial, Sir Huillam.
D'Averc alza su copa, brindando por mí.
Y vosotros, gatos de arrabal, maulláis por los tejados.
Es más que oficial.
Fallas están aquí. También mi coche, porque los gatos (y las esfinges) gustamos de conducir, de escuchar el ronroneo metálico del motor, de viajar sentadas con buena música. El martes 20 tengo una reunión informativa sobre mi viaje italiano de todo un curso. Y soy la dibujante (tengo maña, o eso dicen, para sujetar el lápiz entre mis garras) de un webcómic de género negro.



Prometeus, me dice el dueño.
Y yo me río, contenta, porque es cierto.




Dicen que la suerte nunca se olvida.
Y por ahora, se cumple. Está volviendo tras el mal trago.





Non dimenticare il destino.
Ná déan dearmad ar an chinniúint.

miércoles, 7 de marzo de 2012

D'Averc (III)

Pasito a pasito. Hasta recorrer todo el camino.
Y mientras tanto, nunca olvides lo más importante: ojos abiertos, poco equipaje.


Huillam está tranquilamente en el sofá, como si no le afectara saber que el año que viene viajará conmigo.

"Ar aghaidh! Avanti! ¡Adelante!"
Como gatos por los tejados , con el General Oso maullando.




Y maullar bajo el cielo italiano.
Y subirme a la luna de valencia.

martes, 6 de marzo de 2012

Sráide cait

"Ni yo mato por celos, ni tú mueres por mí; antes de que me quieras como se quiere a un gato, me largo con cualquiera que se parezca a ti."


Entre Bunbury y Sabina andan mis pies felinos.


"Soy vagabundo, siempre de paso; de aquí de allá, de todo el mundo..."


Hoy me he dado cuenta.
Hoy se me han abierto los ojos. Hoy mis pupilas rasgadas han brillado, he despertado a algo que sospechaba, algo que hoy se ha confirmado.
No pertenezco a ningún lugar, no soy fruto de ningún árbol.
No tengo raíces, no tengo atadura alguna.
Mi patria es el aire, el mar. Mi patria es la risa, y también el dolor. Mi patria es una sonrisa, y es una lágrima. Mi patria es mi corazón, es mi mirada soñando. Mi patria es cada lugar en que alguien haya pensado en mí.

"No tengo dueño, no soy tu esclavo; poco tuyo, y de todo el mundo..."
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"Yo no quiero un amor civilizado con recibos y escenas del sofá [...] yo no quiero catorce de febrero ni cumpleaños feliz."
No quiero despertarme una mañana, y ver que me he marchitado sin volar, que mi espíritu se me ha ahogado entre las sábanas por una mirada y una sonrisa que me podría acompañar a cualquier lugar.
Sé que llevaré algunas ciudades y personas siempre entre mi equipaje. Porque son importantes, indispensables; parte de mí, de los ladrillos que me componen, de la sangre que me conforma. Pero no son lastres. Son impulsos.
No pienso dejar que nada ni nadie me arrastre hasta la rutina ni la desidia, hasta el tedio de despertar y ver siempre el mismo paisaje por la ventana, el mismo horizonte por explorar esperando por mí en un viaje que nunca me dejan comenzar. No pienso permitir que eso ocurra, nadie cortará mis alas ni me dejaré encadenar.
No pienso dejar que la costumbre me lleve a la normalidad que la sociedad nos intenta imponer.
Yo, ni soy normal, ni quiero serlo. Ya lo he dicho, no creo que exista algo como "normalidad", no creo en la definición de "normal". An rud is annamh is iontach. Ni soy "normal" ni lo seré. Y no dejaré que nada me ate de manera que me quede anclada de por vida en el mismo lugar.
Ni nada...
...ni nadie.

"Yo no quiero cargar con tus maletas, yo no quiero que elijas mi champú [...] no quiero París con aguacero ni Venecia sin ti."

Y es que cuando encuentre a quien deba atarme, sera una atadura tan liviana como la brisa cargada de sal del mar que me vio nacer. Tan suave, tan ligera, que sea parte de mi piel.
Que no me asfixie.
Será alguien que sea como yo, y a la vez, tan diferente a mí, que no lo reconozca.
Y por eso le querré, y por eso viajará conmigo.
Y por eso mi patria, estará allí donde piensen en mí.

"Ni carne ni pecado, ni orgullo ni piedad [...] No quiero contigo ni sin ti [...] Morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres; porque el amor, cuando no muere mata; porque amores que matan, nunca mueren."



Y me repito: "antes de que  me quieras como se quiere a un gato, me largo con cualquiera que se parezca a ti"

Y es que es verdad.
Antes de que me quieran como mascota, saco las uñas, me busco a cualquiera que quiera pasear bajo la luna y tapar las estrellas pintándolas con trozos de carbón, que se venga conmigo por los tejados a ver si capturamos algún ratón.


Que no vale la pena comerse la cabeza,
que no vale la pena discutir ninguna razón.

lunes, 5 de marzo de 2012

¡Master! ¡Master!

No me cansaré de oler la pólvora en el aire.
Nunca, hasta que mis huesos se vuelvan polvo, hasta que mi alma se apague.

El sonido vivo de cada explosión, de cada cohete. Un mundo propio.



No me cansaré de saltar y reír, de gritar, de cantar hasta la afonía, de correr y bailar vestida con sedas y plata; con oro y sedas; al compás de mi charanga. O de entonar el himno de mis fiestas.

No me cansaré de sonreír en fallas.
Ni de salir de fiesta con mi grupo y con mis músicos.




En otro orden de cosas que no deberían figurar, pero lo hacen...
Wow, en verdad el nuevo no está mal, chavales. A ver si lo contratáis fijo, que es simpático para hablar con él... y para verlo.
Creo que esto de estar revolucionada no es bueno. Me fijo demasiado en la gente.
A veces descubro cosas buenas... por ejemplo, que Mr. Patillas a los platillos en la cabalgata es buena persona, que se ha ganado mi confianza en unas horas tan apenas. Pero otras son malas. Como el hecho de que hay quien puede ser muy borde con los demás por pura envidia ¡hacia alguien que ni siquiera conocemos! El pato lo paga el gato, pero el zorro se lleva el premio. Hay que joderse, sí señor.

El viernes tengo a mi hermano Jesucristo metalero secuestrándome.
Qué ganas le tengo.
Hace meses que no le veo, meses en que le he notado muchísimo a faltar. Nuestros secuestros semanales eran casi una religión, nos desahogábamos, nos llenábamos de energía (¡power, power, metaaaaaal! que gritaba él en mitad de la cafetería); y nos reíamos del mundo. Que yo soy una esfinge y el es un hipogrifo de gigantescas proporciones.
Lo ha pasado mal hace poco, el pobre. Con lo que yo lo quiero, a mi hermanísimo. El viernes le tengo para mí solita, toda la tarde. Y las tardes de musica, risas, chocolate y su cerveza vuelven.
El año que viene las echaré de menos. Mucho.
Pero cuando lo vea, le achucharé hasta suplir la falta.
Oh, yeah, hermano del Mal!


"Obey your master! master! Master of Puppets I'm pullig your strings..."
¡Master, master!


Fallas están aquí. Con mi melenudo, mi charanga, mis amigos. Sin mi gente de Valencia. Pero ellos van conmigo.