No me cansaré de oler la pólvora en el aire.
Nunca, hasta que mis huesos se vuelvan polvo, hasta que mi alma se apague.
El sonido vivo de cada explosión, de cada cohete. Un mundo propio.
No me cansaré de saltar y reír, de gritar, de cantar hasta la afonía, de correr y bailar vestida con sedas y plata; con oro y sedas; al compás de mi charanga. O de entonar el himno de mis fiestas.
No me cansaré de sonreír en fallas.
Ni de salir de fiesta con mi grupo y con mis músicos.
En otro orden de cosas que no deberían figurar, pero lo hacen...
Wow, en verdad el nuevo no está mal, chavales. A ver si lo contratáis fijo, que es simpático para hablar con él... y para verlo.
Creo que esto de estar revolucionada no es bueno. Me fijo demasiado en la gente.
A veces descubro cosas buenas... por ejemplo, que Mr. Patillas a los platillos en la cabalgata es buena persona, que se ha ganado mi confianza en unas horas tan apenas. Pero otras son malas. Como el hecho de que hay quien puede ser muy borde con los demás por pura envidia ¡hacia alguien que ni siquiera conocemos! El pato lo paga el gato, pero el zorro se lleva el premio. Hay que joderse, sí señor.
El viernes tengo a mi hermano Jesucristo metalero secuestrándome.
Qué ganas le tengo.
Hace meses que no le veo, meses en que le he notado muchísimo a faltar. Nuestros secuestros semanales eran casi una religión, nos desahogábamos, nos llenábamos de energía (¡power, power, metaaaaaal! que gritaba él en mitad de la cafetería); y nos reíamos del mundo. Que yo soy una esfinge y el es un hipogrifo de gigantescas proporciones.
Lo ha pasado mal hace poco, el pobre. Con lo que yo lo quiero, a mi hermanísimo. El viernes le tengo para mí solita, toda la tarde. Y las tardes de musica, risas, chocolate y su cerveza vuelven.
El año que viene las echaré de menos. Mucho.
Pero cuando lo vea, le achucharé hasta suplir la falta.
Oh, yeah, hermano del Mal!
"Obey your master! master! Master of Puppets I'm pullig your strings..."
¡Master, master!
Fallas están aquí. Con mi melenudo, mi charanga, mis amigos. Sin mi gente de Valencia. Pero ellos van conmigo.
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