Cinco días.
Cinco letras.
Cinco nombres.
Cinco personas.
Cien fotos.
Mil momentos.
Varios vídeos.
En cinco días, surgen frases irrepetibles. ¡Diploidía es lo de los diplodocus! ¡Vete de mi casa!
Cuando se tiene la boca llena, se dice paquidermo.
Los socorristas te miran, intentando verte los pechos.
Tragas media playa en cada ola.
La medida exacta de un laukiri no es exacta. Bueno, quizá al segundo laukiri sí lo es. Y al tercero, está clavada.
Gladiator tiene un numida muy, muy, muy majo.
El vinagre de Módena está bueno en el queso camembert sobre una papa.
La playa es más divertida con amigos.
Los paseos nocturnos sirven para conquistar un barco pirata.
Los turnos para la ducha se hacen eternos, pero hay música y Rummi para entretenerse.
¡Tigre bengalí, debajo de una palmera!
Los que se hechan crema, se queman.
Han sido sólo cinco días.
Cinco días que se han grabado a fuego.
Que nos han remezclado más, si era posible, que nos han enlazado con cadenas más fuertes.
Somos una pequeña y estúpida familia, pero somos grandes, muy grandes.
Gelatinas, dragones, damas y gatos.
Somos brillantes luces en el cielo nocturno.
Y en esa playa hemos dejado un hueco irrepetible.
¡El socorrista nos debe echar de menos!
Somos cinco, y hemos hecho tanto que parecemos diez.
Con lo bueno y lo malo de cada uno, con nuestras tonterías y nuestros momentos de lucidez.
Con desvaríos y pensamientos lógicos, nuestro nuevo diccionario (¡Batman es gay! ¡Y francés!), nuestras caídas, agujetas, enfermedades, rozaduras y falta de wi-fi.
Con la comida que sale de un ticket kilométrico, con el sofá para cinco con sólo dos almohadas, con el balcón donde comer, cenar y gritarle a los vecinos que pueden comer algo distinto al pollo/conejo al ajillo.
Han sido cinco días a enmarcar.
Cinco días que grabar a fuego en piel, mente, huesos, sangre.
Y que predicen más, donde sea, cuando sea. Pero con nosotros.
Y mejorando lo presente, que ya es top 10 en la lista "semanas de verano a recordar por el resto de mis años".
Decid que no ha sido mi imaginación, que he estado allí.
Porque ha sido tan fantástico que me parece haberlo soñado.
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