Supongamos...
...que existe una pequeña, absurda, alocada familia. Que se quieren, que se ríen, que en cualquier momento sueltan frases sin sentido que provocan una carcajada.
Supongamos que es una diminuta familia donde proliferan imaginación y sonrisas.
Supongamos que tienen su propio mundo.
Supongamos que son mi familia.
Supongamos que este fin de semana era necesario.
Supongámoslo.
Es demasiado fuerte. Esa cadena que nos une.
Esa cadena que está hecha de seda y risas.
Dragones, gelatinas, damas y gatos.
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