"Alraune deshace la coleta del hombre; que a su vez enreda los dedos en la melena de ella. Le acaricia la nuca, el cuello, la línea de la clavícula, suspira sobre su oído. Ella le muerde la barbilla, paseando las manos por la ancha espalda, tirando de la lazada de la camisa hasta conseguir que sus dedos toquen la piel desnuda de él. El hombre deshace los nudos que sujetan el vestido de la joven, hasta que la tela se desliza hasta el suelo y la aparta de una patada. No piensa en el dolor de la mano vendada, sólo en el
momento. En besar y morder esa boca que le besa con urgencia, con desesperación.
Se escucha la respiración agitada de los dos, el estrépito de cacharros al caer
sobre el piso cuando los tiran de la mesa."
Y pensar que, el día de Navidad, los gatos escribimos guarradas.
¡Un polvo rápido para la bruja, camarero! ¡Maaaaaarchando!
Definitivamente, estamos locos.
Qué exceso de cordura.
Un nuevo comienzo cada día.
Una nueva sonrisa, un esfuerzo más.
Es lo que yo llamo "mañana".
Es lo que yo llamo "seguir en pie".
No es optimismo.
Es que soy testaruda, nada más.
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