domingo, 9 de diciembre de 2012

Brindisi (Grazie mille)

Gracias por la guerra de nieve de mediodía.
Y por el chocolate y las galletas.
Por el té.
Por la tarde en el sofá.
Por los trozos de carne recién hecha y los gajos de manzana.
Por la buena música que pones.
Gracias por los minipuñetazos, por revolverme el pelo, hacerme caras raras. Por cada amenaza de 'uccidermi un giorno' que haces justo antes de matarme a cosquillas. Por las mini-luchas, nuestras peleas porque 'eres la primera chica que conozco que pega de verdad'. Gracias por cada burla, cada risa que nos hacemos.
Gracias por, cuando me ves seria, hacerme reír aunque sea a costa tuya.
Por morder donde está prohibido para ambos: cuello y manos. Por los dos mordiscos de hacerme rabiar del cuello que te he devuelto en uno grande.
Gracias por las fotos-hope, ¡me han encantado! Por burlarte hasta el infinito con mi equivocación entre 'cane pazzo' y 'pane cazzo' y hacerme llorar de risa con tu 'las cosas de pri... pri... pri... pri... antes'
Gracias por prometerme que, la primera foto cuando la nieve de febrero llegue, será conmigo.
Gracias por los 'cornetti' de esta mañana con mermelada de albaricoque (no sé como lo has hecho, pero ahora me encanta) y frutas del bosque.
Por acompañarme a casa.
Por tener que subir tres veces las escaleras de un quinto piso porque se te habia olvidado lo que fuera, y por reír después de la seriedad de ultratumba cuando he saltado como una cría sobre la nieve.
Por cogerme esa estalactita para que la viera de cerca, mientras me llenabas la chaqueta y el pelo de polvo de nieve. Por hacerme descubrir los charcos helados, por sujetarme cuando he patinado por el hielo.
Gracias por tu español tan vacilante como mi italiano.
Gracas por esos abrazos de leopardo. Por contarme tis neuras y obligarme sin obligarme a contarte las mías.
Gracias por asegurarme que yo este verano vengo a verte.
Gtacias por todas las cosas, por cada tontería, por cada silencio.
Y gracias por hacer que Milano y la cena de año nuevo del sábado que viene me crezcan tirabuzones y el vestido nuevo me haga sentir... nueva. Porque la cuenta atrás para volver con los míos no se hace tan pesada, y la de regresar al frío se hace hasta pesada.
Gracias por prestarme tus sudaderas y llamarme la chica de la chaqueta roja.
Gracias por cada conversación idiota y por cada charla seria. Por cada mensaje de whatsapp sólo mqndado por hablar.
Por cada idiotez que esconde seriedad, y cada seriedad en la que escondes una broma.
Gracias por besarme el pelo cuando vemos películas en italiano, por ayudarme con los diálogos, por mejorar mi lingua italiana y mi acento british.

Gracias.
Stronzo di merda, grandisimo amigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario