- Podrías volver a perderte allí. Sólo son ciento setenta páginas de nada.
- Pues sí. Pero si lo hago, tendré que volver a leerte a ti.
- Y no quieres.
- No, no quiero.
- Cobarde.
- Perdóneme usted, por preferirte sobre Hawkmoon.
No poder ir a Zenda sin derrotar después a Granbretán es una especie de condena.
Por la falta de tiempo para leer, por el ahogo en el pecho al hacerlo.
Como si no tuviese ya bastante con los míos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario