En una manada vive
un potro que me gustó
me fui con el hacendado:
"Señor, traigo una tratada,
quiero que me de un caballo
por mi yegua colorada".
"¿Qué caballo es el que quieres
así pa' poder tratar?"
"Un potro lobo-gateado
que allí vive en el corral
que a charros y caporales
no lo han podido amansar.
Lo vi de entre diez caballos,
el cual era el más bonito;
si por duro lo dejaron
lo duro yo se lo quito:
si lo compro lo verán
dirigiéndose solito."
"Te doy mil quinientos pesos
y el potro te lo regalo,
no lo quiero por rejego,
pensaba meterlo al carro;
que a charros y a caporales
a todos los ha tumbado."
Luego que ya se hizo de él
el charro le echó la hablada:
"Ahora juega mi caballo
con su yegua colorada,
no más me da un ribetito
pues está dura la jugada."
Le contesta el hacendado:
"No creas que tengo miedo,
vámonos a la oficina pa' depositar dinero,
la carrera la dejamos para el día
dos de febrero."
Se llegó el dichoso día de la carrera afamada,
volaban pesos tronchados
a la yegua colorada;
y al potro lobo-gateado
ni quien le apostara nada.
Se arrancaron los caballos
y al caballo no se vio:
se cubrió de polvareda
qué caballo tan violento,
nomás alas le faltaron
pa' volar con ese viento.
Ya con esta me despido,
dispensen lo mal trovado;
aquí da fin el corrido
de un charro y un hacendado;
de la yegua colorada
y el potro lobo-gateado."
Gracias, señor Aguilar.
Por si lo dudaba.
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