"-Me gustaría pensar que significó algo para ti, también.
-¿También? ¿Quieres decir que tuvo significado para ti? ¿Para ti, que sólo sabes el significado de collares de perlas y diamantes en el mercado; o el efecto de tu sonrisa con el cigarro en la boca en una casada aburrida?
Suspiró, sabía que esa charla tendría que llegar. Estiró los puños de la camisa, para que sobresaliera un centímetro exacto de los de la chaqueta. La tela gris marengo parecía absorber la luz, igual que su estado de ánimo mientras los ojos marrones de ella le miraban sin parpadear.
-Celi, ya sabes que para mí fuiste...
-Para. Atrévete siquiera a pensar que fui la mujer de tu vida, y me caso con el primero que pase por la calle.
-...alguien importante.
Araceli sonrió, y se acercó, descalza, a él.
-Dex, ¿realmente me has esperado quince años?
-¿Cómo no hacerlo, Celi?
-¿Por qué?
La chaqueta, la camisa, ambas cayeron al suelo. Las manos frías de la mujer pasearon por su espalda, acariciaron la vieja cicatriz del costado, la misma que cosieron hace tanto.
-Te debía una disculpa por haberte dejado subir sola en aquel barco.
-Y un beso de despedida.
-Sobretodo el beso de despedida."
Pequeñas cosiiiiiitas que se me ocurren mientras no tengo nada que hacer tumbada en el sofá mientras una de mis coinquilina echa la bronca del siglo al coinquilino. Limpiarse las gotas de sangre de la cara, seguir escribiendo, todo es uno.
El lunes hice una buena acción, me manché las manos de sangre y organicé atención de primeros auxilios en mitad de la calle, al despiste. Luego sufrí la taquicardia en casa, avisé a mi madre, con mis puntas de triqueta, lavé veinte veces mis manos para quitarme el olor a sangre y comí carne medio cruda para celebrarlo. Entinté varios dibujos (Los Católicos y Boabdil, Muley Hacén llamando a Joshua) y vi la tele. Y Burlesque.
Y luego, he llegado a casa y me he tumbado en la cama; y he pensado en mis abandonados Weylyn.
Y se me ha venido a la cabeza una frase que Alraune puede decir en cualquier momento, porque Ethelwolf se merece que le bajen los humos aunque dudo que pueda alguien conseguir tal cosa. La vi escrita en una puerta de baño, sin autor. Así que me la agencio, lo reconozco. Pero como dijo un grande "los grandes artistas no plagian, roban". Chan Chan.
"-Querida, no puedo creer que sigas insistiendo en que jamás me has querido.
-Te quise un martes, Weylyn. Cuando tenía cuarenta de fiebre."
Cosas que tienen que ver...
...por fin vuelvo a tener en mis manos la libreta de la Biblioteca. Así que por fin puedo actualizar.
Y mañana me voy al café de las Maravillas con mi Dama.
Que ya es hora.
A ver si llega pronto el tiempo de ver a la Dragona.
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