-¿Y esa sonrisa tan estúpida, querida?
-Nada, Sir Huillam. Un peso que me he quitado de encima.
-¿Has lanzado a tus propios hombres por la borda de una balsa para que Hawkmoon te salvase?
-No, no tan literal.
-¿Entonces?
-He mandado a mucha gente a la mierda, Sir Huillam.
-Oh.
-¿Oh? ¿No tienes nada más que decir, D'Averc? ¿Yo mando gente a la mierda, pero como no les he matado para salvarme yo, la única respuesta es "oh"?
-Oh.
-Agh.
-¿Y a quién y por qué les has reservado ese destino en tu vida?
-A esos "amigos" tan majos, los de toda la vida. A unos por falsos y a otra porque tiene carta blanca en victimismo y errores, pero nadie puede cometerlos con ella.
-Oh.
-...
-¿Sabes? Eso se merece un buen brindis. ¡A saquear la bodega del Conde Brass!
-...qué diablos. A saquear. Dentro de nada tengo comida y ellos van a estar.
-En ese caso, ¡más vino para mí!
-¿Por qué?
-Para que tu estrategia militar quede impecable y el Imperio no te rebaje el grado por embriaguez. Y cuando vuelvas, nos vamos de putas.
-...Sir Huillam.
-¿Mmh?
-Le quiero.
-Oh, no seas ordinaria. Pues claro que me quieres. Soy, y ruego me excuses por la frase tan vulgar que voy a decir, la polla.
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