-Vuelve pronto, eh.
-Sí.
-Como muy tarde... las cuatro.
-Que sííííííí.
-Sin hacer ruido.
-Vaaaale.
-¡Pero pronto, eh!
-Al amanecer del quinto día, prometido. A la noche no, que la oscuridad me da miedo.
-...Pero sin hacer ruido.
Conversación literal con mi señora madre al volver de cenar para cambiarme las zapatillas.
La cuestión es... Que hoy me moría de aburrimiento.
No había nada que hacer, sólo escuchar Guè Pequeño y ver Cazasubastas. Pero a eso de las 8, cuando estaba volviendo a ver a Jester y el genial primer capítulo de su serie ("Me convierto en una tía buena"), ha llegado Andrea, nos hemos puesto al día, hemos tomado un ibuprofeno -la de aire que hacía, diantres, que nos ha dado hasta dolor de cabeza- y nos hemos ido de cena.
El camarero es su antiguo vecino y amigo nuestro de toda la vida. Chapeau. Después de cenar, nos invita a chupitos: uno de limoncello para ella, tequila con sal y limón para mí.
Escribimos a José, un amigo de Valencia. Oye, que te vengas que nos están liando para salir un rato, que ha llegado uno, nos ha puesto una pulsera que en un garito te dan la copa gratis y no hay que pagar la entrada ni nada. Pues vale, se viene.
Mientras él se prepara, vamos a mi casa, a dejar las Osiris y ponerme las Mustangs/Converse, por aquello de que me dejen entrar en el garito. Genial la conversación con mi madre. G-E-N-I-A-L. Parece de mentira, pero ha sido así de literal.
Total, que salimos, esperamos al chaval, y allá que nos vamos.
Nos juntamos con los demás -Cabrera, Alba R., Javi, Alex y, cosa rara, Laura C. Démosle a los chupitos. Nos hemos negado a los de Baileys, pero ha caido el de vodka-granadina; el de cazalla, uno azul por parte de la casa que estaba horrible, otro de no se sabe muy bien el qué pero que también llevaba granadina.
Cabrera nos compra a las cuatro una rosa pocha del pesado de las flores, aunque yo decía que quería la varita con la estrella rosa.
Y juegos pervertidos con José porque es su manera de ser, y como no lo hace a malas y se descojona y su risa es contagiosa y yo no tengo vergüenza... Lo típico de "toco aquí, toco allá". En plan los toques del caralibro, pero muriendo de risa. Si nos ve su novia, en vez de enfadarse, se ríe y hace el tonto con nosotros, que es lo más genial.
Salimos del local porque lo chapamos, y haciendo el tonto llegamos al punto en que:
A- Cabrera y Alex quieren un sujetador.
B- Nosotras ponemos la condición de: pues tenéis que pasear sin camisa.
C- Añadimos la de: hasta la rotonda, saludando a la gente.
D- Aceptan, Laura se quita el suyo y se tapa con la chaqueta.
E- Fotos varias, cambio de sujetador de Cabrera a Alex, José se apunta a ir sin camisa y también acaba poniéndoselo.
A los coches, vamos a Puerto Ocio.
Al aparcar detrás del cine, nos encontramos a.... ¡Ta-dá! El hermano mayor de Alex y sus amigos; mi vecino Pedro (al que felicito con retraso porque hace tres días fue su cumpleaños) y su amigo Miguel; y a Jaime y Pablo. Jaime, uno de mis gatos con barba.
Nos liamos, nos liamos... Vamos al Zoom. Cubatazo de rum-cola de gratis con la pulserita.
Adiós, Cabre, Andrea y compañía, y me bajo al Refugio con Pablo y Jaime, a encontrar a Pedro y Miguel.
Con los que me quedo, porque los otros dos mañana madrugan y ya son las cinco largas.
Jaime me abraza, me da dos besos, me rasca su barba y como siempre, las pillo TARDE. Me invita a ir a ver su piso en Valencia, correspondo a la invitación ofreciendo Castellón -Oh, Castellón, que ni siquiera eres ciudad de vacas porque ni eso tienes. So triste. Nos reímos, nos volvemos a dar dos besos y me sonríe con esa sonrisa blanca, blanca.
SOY LERDA PARA ESTAS COSAS, DIANTRES. Así, en grande, para ver si la próxima vez me acuerdo.
Pues nada, quedamos Pedro, Miguel y yo. Y Ska-P, Marea, Extremo, Reincidentes y otros varios.
Miguel que no para de picarme diciendo que el sitio es demasiado hardcore para que yo esté allí. Empezamos a hablar y resulta que nos tenemos que conocer por narices de casa de Pedro.
Los dos recordamos jugar al Final Fantasy IX, a entrenar en la Play Digimons, jugar con los discos de Monster Hunters, a un juego de lucha tipo Tekken que había un vampiro invencible, a MI Zelda nosequé of seasons en la GameBoy de Pedro, merendar nocilla viendo Sin Chan y luego jugar en el ascensor.
Y eso, en mi finca, sólo sucedía en casa de Pedro.
Ya nos caemos mejor.
Cuando al irnos me pregunta si me gustan "los Violadores del Buen Ver" (Violadores del Verso, para el resto de los mortales) y SFDK y le canto un trozo de algunas canciones poco conocidas, ya empieza a amenazar con quererme en el grupo.
Al despedirnos al llegar a su calle -conduce Pedro-, nota que Pedro tiene el disco de Deleite -grupo local de ska/rock decente de chavales de nuestra edad-. "Pedro, TIENES que poner Deleite". Se gira a mirarme tras mi afirmación. "¿Los conoces?". "El batería es caja en la charanga de mi falla, se viene de borracheras y fiesta por la noche con mi grupo. Para no conocer a Arnau." "¿Conoces a Brazález?" "David es el platillos en la charanga, pero también conozco a Samuel, el mayor. El pequeño es que nunca recuerdo como se llama".
"Pedro, ¿tú qué coño has hecho para tener semejante vecina friki bonica del alma?"
"Bueno, en el 92 tiraría un D10 y sacaría éxito, digo yo" "¡Pedro, arrástrala con nosotros! ¡Arrástrala, o el próximo fin de semana que salgamos, la busco, la violo y la llevo con nuestro grupo! ¡La quiero en el maldito grupo!"
Al final aparcamos al lado del portal. Hablamos un poco de mi otro gato, Mochón, que está en Valencia, como Jaime, pero que este finde no ha podido subir. De su perrete, que el año pasado murió de viejo, pobrete, con lo gracioso que era. Hace dos años, en las fiestas de agosto, lo sacábamos a pasear al cerrar las peñas a las seis y pico de la mañana.
Hablamos de lo bien que ha estado la noche, de las bromas, las tonterías, frikadas varias, "a ver si otro finde que bajes de Castellón vienes con nosotros que si no, Miguel cumple su amenaza", yo que lo prometo porque su grupo -al que conozco entero- me encanta. Ascensor hasta el tercero, donde vive Pedro.
-Oye, Kael, tú... Eres lenta para las indirectas, ¿no? Porque lo de Miguel que iba de coña lo has pillado al vuelo.
-Sí, un poco corta sí que soy. Y si llevo alcohol en el cuerpo, más.
-No, si lo he visto cuando Jaime se ha despedido...
-¿Qué?
-Que eres corta. Ops, mi piso. Bueno, buenas noches... ¡Nos vemos otro finde! Si voy por Castellón te digo algo.
-Sí, desde luego, no problem... Oye, ¿corta? ¿Por qué?
Pero ya se han cerrado las puertas, llego a mi piso, entro en casa. Baño, cocina, agua fría, pijama, encender el ordenador para cargar el móvil porque mi cargador está caput... Y entenderlo.
Cooooorta. Otro año más. Si es que no aprendo.
Pero, eh. Este año me he dado cuenta más rápido. A las 06:43, minuto arriba, minuto abajo.
El entrenamiento sirve... Un poco. Tengo que volver a juntar a mis gatos para seguir entrenando.
La cuestión.
Me he divertido esta noche más que en dos semanas. Con mi grupo que cada vez deja de serlo un poquittín más por cansinos, que se meten en fregados que a mí no me interesan ni me rozan de lejos siquiera, pero me tienen que meter para que opine. Con el grupo de mis gatos y mi vecino, que tienen el sistema de "si nos atañe a X y a mí, lo resolvemos X y yo", y todos tan amigos porque prefieren solucionarlo frente a una cerveza fría y hablando sin problemas ni tapujos. Dos minutos de gritos, apretón de manos, chupito de Jägger. Y tan amigos.
Me encanta la gente con la que me he rodeado esta noche, al fin y al cabo.
Las frases de la noche:
-¿Pero con qué gente me junto?
-¿Esto qué lleva?
-No, en serio. ¿Qué lleva?
-¿Por qué nos juntamos con esta panda de locos?
-¡Por allí va vuestra presa! ¡Adelantad esos pechos masculinos con sujetador violeta, y atacad! ¡Prostituiros por el Jägger y la cazalla!
-Eres una friiiiiiiiki. (Frase que Miguel me ha repetido varias veces. Sobretodo cuando discutía con Pedro cómo se ejecutaba un suple [técnica de lucha libre y grecorromana. Algo aprendí después de todo los cinco meses de Libre que me dejaron como quinta de España en mi primera y única competición, que resultó ser el Campeonato Estatal]).
-¿En serio eres su vecina? (Otra de Miguel. Que sigue sin creérselo, me acaba de mandar ahora, a las 07:01 un sms preguntándomelo por enésima vez).
-¿Tú como te juntas con esta panda de gente?
-¿Sabías que a los tíos como nosotros les pone que te cagas una chavala tan friki como tú?
-Kael, yo hoy no llevo el coche, pero vente a Valencia cuando quieras que en mi casa sitio para ti siempre hay. (Ese es mi Jam. Todos le dicen James, o Jim, y llego yo y le llamo Jam. Con dos pares. Ho le palle. Me lo habrá dicho una docena de veces, lo de ir de farra por Facultats).
-Eh, Castellón está abierta como una zorrita para vosotros.
-Yo es que 300 es lo máximo que me puedo gastar para comprarla. (A Javi le ha dado por venderme. Como ASESORA para jugar a Need for Speed Underground 1, Pokemon Amarillo, Zelda Minions Cap Y el Máster y Doctorado Suma Cum Laude en "Cómo matar Sims antes siquiera de odiarlos". Ese es mi precio. Lamentablemente, ha sonado varias veces mientras me bebía mi rum cola gratuito. Lo preocupante es que Jam lo decía añadiendo "estoy pobre, si no tuviera que pagar piso y gasolina daría más". Cabrones).
-Bueno, me voy... ¿Dos besos, Kael? Y ya sabes, si te aburres, dime algo. (Jam al despedirse. Y al volver a despedirse. Y al volver a hacerlo. Recuerdo dos claramente, y juraría que nos hemos despedido otras dos o tres más).
-Friiiiiiiiiki.
-¿Sabes que eres una pedazo de friki? ¿Por qué no vienes con nuestro grupo? ¡Lo exijo! ¡Quiero, quiero! ¡Joder, si eres casi más friki que yo! ¡Y te gusta el rap y el metal!
-Esa pava me iba a violar. Quiero decir, estoy borracho, no duermo desde hace dos días y ella era la que me metía la lengua hasta la garganta. Esa es de "quédate tumbado que ya boto yo". Que me violaba, joder.
-Pedro, quiero a esta friki en el grupo. Y en nuestra vida.
(Las cuatro últimas las ha repetido Miguel bastantes veces. Pero lo que se dice bastantes).
Pedazo de noche.
¡Que soy el perro verde! ¡Vicio, vicio, sin vicio no quiero estar en tu cama, en tu casa! ¡Saliiiiiir, beber, el rollo de siempre! ¡Escúpele al sistema y nunca dejes de molestar!
Du hast, que le hemos enviado Jam y yo a Mochón por whats.
Pe-da-zo-no-che.
Cómo puedo llegarles a querer tantísimo.
Se lo merecen desde lo más profundo de mi corazón enterrado en mármol y hielo.
Y con fuerza.
So majos.
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