Tengo que encontrar un regalo chiquitín que pueda mandar por correo.
Tengo que pensar tarifas para los dibujos, que el domingo/lunes tengo charla con gente interesada en conseguir un diseño para un tatuaje.
Tengo que sacar tiempo para avanzar un poquito a Anahita y poder enseñársela a mis niñas. También para que el avance en Morgana se note un poco más, y poder mostrarla a ella también.
Tengo que conseguir papel A3 o A2 para meterme a diseñar el tatuaje vikingo de espalda completa por el que me negaré a cobrar toda mi vida.
Y tengo que seguir disfrutando del trabajo de estas navidades. De verdad, de verdad. Estoy enamorada de estar en la tienda. Me encanta, se me da bien, mis compañeros son amor. Ya casi me conozco el género (¡En tres días me he aprendido toda la tienda, ojo!), y engatuso a casi todo el mundo para que compre algo; aunque sea de outlet. Pero poco a poco voy haciendo caja con mi tranquilidad absoluta.
Ay, cielos. Que me han enviado un paquete-regalo por correo. A mí. Pero yo qué he hecho para tener a gente así en mi vida.
Un día, a lo mejor reúno el coraje y la locura suficientes, y lo pregunto en voz alta.
Si es que me he rodeado de gente genial.
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