Filosofando y otras cosas en noches de fiesta y semiborracheras.
Aunque en realidad, tengo que reconstruir varios momentos. Echaré mano de contactos, a ver qué sacamos en limpio. Tengo mis sospechas y varias deducciones, pero hay quien necesita confirmaciones.
Yo, por ejemplo. Que no me gustan las incógnitas sin resolver. A menos que sean... yo.
Puñetero instinto felino.
Hoy hará mal tiempo. Hace sol, sí. Y bochorno. Y los pulmones me dicen que la humedad sube, que va a llover y que me cagüentó lo que se menea. Que hay exámenes y yo sigo yéndome de fiesta.
Y pienso seguir haciéndolo, para qué mentirme a mí misma, si eso está muy feo.
"Fuiste una comida sin vino, una piedra del destino, un domingo de resaca [...] en mi cabeza, malos pensamientos "
Y tan malos. Pero divertidos, siempre divertidos. Es que no se pueden ver esos partidos sabiendo que quien juega la noche anterior se fue contigo de fiesta hasta las tantas.
Casi vemos amanecer. Casi, casi, que ya la luna se escondía. Menuda panda de derruidos decadentes formábamos anoche.
Ya dije que las 6 de la mañana es siempre buena hora para visitar un MacDonalds. Hacía años que no entraba en uno. Pero era una buena hora.
Nos divertimos, ¿no?
Pues eso.
Me rodean las paparruchas como si fueran polillas y yo la bombilla que las atrae.
Pero qué diablos es esto, señores. Qué diablos es esto.
Entre varias otras cosas, he aparcado el proyecto de la macroimagen.
Hay otras, más pequeñas, más cómodas y más supersticiosas que van delante.
Un pequeño complemento de la paparruchera Dahara, que será para todos, obviamente.
Porque ella es así, y además, porque la carga de trabajo (y de romperse la cabeza cuadrando todo) es menor.
"Fuimos dos perros callejeros [...] jugando a no entendernos"
¿Por qué lamentarse ahora, eh? ¿Por qué? A mí ya no me duele.
I'm happy, happy, happy as a Chesire Cat!
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