miércoles, 22 de agosto de 2018

Everything is OK now

Hemos cambiado de trabajo sin descanso entre uno y otro, hemos iniciado (¡por fin!) el curso de lengua de signos y el domingo hacemos la primera sesión de fotos de desnudo.
No parece ir mal la semana.

Excepto por llevar tres semanas yendo a cierres, menos el domingo, y ahora pasar a dos semanas de madrugones épicos que pfff. Como concepto. Pfff. Se me acumula el sueño por todas las costuras. O algo así.

Pero los compañeros somos increíblemente geniales todos (me incluyo, porque si no me lo digo yo, no me lo dice nadie) y ya hemos hecho piña los cinco que vamos juntos en horario. Y el trabajo es dinámico, nada de quedarse quieto. Y se acabó soportar la mala educación de la gente en probadores, en caja, viendo mesas y floor stands con perchas que por lo visto están ahí para llenar hueco, porque la ropa todo el mundo sabe que se deja en el suelo, o encima de los soportes de hierro, o tirada en cualquier rincón menos en su percha. Y mil detalles más que te hacen decir "por dios, jamás volveré a entrar en una tienda de ropa sin morir de admiración por quien trabaja allí cada día". Porque vaya tela, la peña. Vaya tela.

Y Black mirrors es un grupazo, "Burning warriors", "Moonstone" y "When the wind land blows" lo avalan.

Como resumen de lo que está pasando.

De echar de menos a la gente, no digo nada, porque a lo mejor me pongo a llorar por todo el tiempo que ha pasado y lo que se les nota en falta, y puede que no pare en toda la noche.

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