- Y ahora, dime... ¿Qué vas a hacer? ¿No has torturado ya bastante a todos los que te rodean?
La angustia en la voz de Alraune apenas se escucha entre el desprecio que despide su mirada. Los sollozos rotos de Faolán invaden su mente, mezclándose con su propio dolor. Filtiarn se encoge de hombros.
- ¿No crees que pueda ir a peor?
Ella bufa, dejándose caer en la butaca frente a la de él. Está cansada de luchar. Quizá se está haciendo mayor. Quizá se quiere rendir. Quizá no valga la pena luchar por lo que tanto han luchado. Quizá un día deje de intentar mentirse a sí misma.
- Creo que podrías probar a ser bueno, para variar.
Una carcajada seca se le escapa a Filtiarn, y ella se encoge por dentro por la amargura de esa risa.
- ¿Después de lo mucho que os habéis esforzado por convertirme en un monstruo? No quiero decepcionaros.
Filtiarn abandona su asiento y se acerca a ella. Se inclina sobre la mujer hasta que sus rostros casi se tocan. Mantén la mirada fija, Alraune. No te dejes intimidar por las llamas de odio que queman en esos ojos naranjas que tiene. No dejes que se te rompa el corazón por el niño que murió y se convirtió en monstruo. Él habla en voz baja.
- No cometas el error de pensar que estoy loco, bruja. Estoy mucho más cuerdo que cualquiera de vosotros. Puede que esa sea mi locura. Pero sé lo que intentáis hacer, lo que tú haces aquí. Olvídalo. No funcionará. Quisisteis un monstruo y se os olvidó pedir que fuese ciego, torpe, idiota. Quisisteis un monstruo y no se os ocurrió que pudiera ser inteligente. No vais a matarme, bruja. No podéis matarme mientras sigáis creyendo que soy un loco que disfruta con el dolor. -Le sonríe, una sonrisa llena de dientes blancos, caninos; y las sombras de la habitación juegan con sus rasgos de forma extraña, creando una máscara terrible.- Pero disfrutaré viendo cómo os volvéis locos intentándolo, Alraune. Adelante. Haced una declaración de guerra. Divertidme. Te prometo que lo que has visto hasta ahora te parecerá un juego de niños comparado con cada golpe que me lancéis. Se lo puedes decir a Ethelwolf. Cada intento de matarme, cada movimiento para conseguirlo... Cada paso que dé, acarreará sangre. Y no será la mía.
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