miércoles, 2 de mayo de 2018

From Faria to Haydée

El primer esguince que me hago en mi vida y me lo hago de peroneo. A lo difícil. Por todo lo alto.
Menos mal que es leve.
El jueves se escuchó un "crac" y un "ay, joder". Y hoy estoy ya sin muletas. Y menos mal.
Porque el sábado fue la competición en Onda, la provincial. Estaba claro quién iba a ganar, pero este año iba un amigo. Que lo hizo genial. Tienen que decir la posición en que ha quedado, pero vamos, que está entre los 10 primeros seguro. 
Y yo allá que me fui con mis muletas,mi venda, mis ganas de hacer ejercicio a pesar de que no podía apoyar el pie.

Conocí a un saiyajin. Ojo, cuidado, voy a repetir eso: Conocí a un saiyajin. Que resulta que Goku en versión rubio platino es valenciano, bastante majo, bastante chetao, bastante rajao, bastante de todo. Muy simpático. A lo mejor entrenamos en algún momento juntos, por las risas. Quién me iba adecir que los personajes de las series de mi infancia vivían en mi terreta. Ay, señor.



En otro orden de cosas, voy a comprarme unas anillas.
Y unos pantalones cortos beige, si encuentro algunos decentes.
Y voy a explotar como al final de esta semana no pueda entrenar el circuito de fuerza al menos.

Oh, claro. Se me olvidaba.
The pale rider y Hail to the king (The Heavy Horses y Avenged Sevenfold respectivamente) suenan mucho últimamente. Y estoy leyendo mucho sobre nazismo. Especialmente recomendada la autobiografía de Rudolf Höss, 'Yo, comandante de Auschwitz'.
Por otra parte, estoy releyendo 'Drácula', porque la última vez que releí a mi Dantés querido, me quedé demasiado cerca de ser el abate Faria, y me da miedo cambiar de personaje si no es a Haydée. 

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