D'Averc, es impresionante.
No sabía lo mucho que los echaba de menos hasta que he tenido cinco minutos que dedicarles.
Mis lobos.
Cualquier día me devoran.
Pero tú ya lo sabías, Sir Huilliam, ¿no es cierto?
Tú siempre lo sabes todo, aunque te calles las cosas. Y por eso Flana llora.
Y por eso apenas quedan cascos de espejo. Por eso Granbretán es tan infame como la pérfida Albión. Por eso odio su sonrisa, Sir Huilliam; sí, la que está dedicándome justo ahora, torcida.
Claro que también la adoro.
Bien, D'Averc. Me has vencido.
Seré Flana por ti si llega el momento.
Ahora, dejaré que los aullidos y sus dientes me lleven; retomando a los Weylyn. A Ethel y Alraune; a Filtiarn.
Y que pase lo que tenga que pasar.
Con ellos nunca se sabe.
Oh, sí, desde luego que tengo el final. ¿Pero el camino?
Del camino no sé nada. Lo voy leyendo a medida que lo escribo, Sir Huilliam.
Creo que por eso no me los quito de la cabeza.
Bas roimh geill.
Morir antes que rendirse.
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