Tres anillos en la mano izquierda, una piedra blanca, una piedra roja, una luna con cuernos de plata.
Un aullido que sube hacia el cielo, unas letras que crecen y ahora, un dibujo que nace a kilómetros de distancia.
Una historia que se está mezclando, una canción que se está escribiendo, un lápiz que se está desgastando.
Y una sonrisa en mi cara mientras todo pasa a la vez.
Qué genial, este inicio de año. Lesión aparte.
Pero qué magnífico.
Y para febrero, te espero en Madrid. Si es que sobrevivo a todo esto. Demasiada emoción que llevo por dentro.
De papel o de ceniza
Como un cuento del abuelo
Descubrí bajo el sombrero
Una tarde su sonrisa
A nadie se parecía
Al menos en la mirada...
No hay comentarios:
Publicar un comentario