- Hace tiempo que quería tener esta charla contigo. - El hombre sonríe bienintencionado, pero Alraune tiene el gesto torcido. Sabe que algo se esconde tras ese tono. Odia la condescendencia. Odia que le persigan. Y odia que el párroco haga precisamente las dos cosas cuando la ve.- Siempre con tus hierbas de aquí para allá; con tus pócimas y tus maldiciones entre dientes. Siempre Reina Luna por aquí, Tierra Sabia por allá, Viejo Sol y todos los demás. Que si Lobo Hermano y pamplinas varias. Nunca estás en paz contigo misma porque te divides en contentarles a todos esos… -Se muerde la lengua al escuchar cómo el hombre habla, ridiculizando todo aquello que la ha mantenido cuerda. Que la sostiene todavía.- Esos intentos, esos remedos de seres superiores que guían al mundo. Deberías escuchar la palabra de Cristo. Él puede darte la paz, la calma. La bondad de su espíritu te haría bien. Podrías alejarte de ese hombre loco y redimirte con nosotros.
El cura le dedica otra sonrisa bonachona, pero a ella le da igual. Está cansada de que siempre le hable como si fuera idiota. Como si él fuese mejor que ella. El tono es helado cuando le contesta.
- ¿Y también podría donar dinero a su causa, padre? Verá, como yo lo veo, el Cristianismo y su Dios están finiquitados. Desde hace mucho. No necesitamos un Cristo limitante, ni otro dios que se adore a sí mismo. Necesitamos valores, principios basados en la empatía y el respeto. A la comunidad, al entorno, a nosotros mismos. Y siendo sinceros, en nada de lo que necesitamos entra ningún dios ni ningún dinero. - Se acerca, decidida, amenazante. Tiene los hombros tan tensos que le hacen daño, pero le hierve la sangre y le da igual que todo su cuerpo se queje por la rigidez con que se mueve. Esta vez, va a conseguir que el cura le deje en paz.- No necesito sus dogmas, padre, ni dioses ni ojos en el cielo. Necesito gente que se comporte de forma humana. Y como no los encuentro, me rodeo de la naturaleza y las representaciones que de ella tengo para hablar conmigo misma y mi espíritu. La naturaleza no me miente, como sí hacen los demás. Y no se atreva a hablar de Ethelwolf en mi presencia.
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