Me he dedicado a rememorar mis cuatro series anime de la infancia. Cuatro. Un moreno, un rubio, y dos pelirrojos.
Spike Spiegel siempre navega en la Bebop cerca de mi cabeza. Quizá por eso, cada pocos meses acabo viendo de nuevo Cowboy Bebop. No se puede decir nada de Cowboy Bebop. Nada, porque es demasiado buena como para hablar de ella. Sólo hay que verla y disfrutarla.
A Vash la Estampida lo vi en noviembre por última vez. Pero es que Trigun pide ser vista cada poco tiempo. Y al acabarla, vuelve a pedirlo, de forma egoísta y posesiva (love and peace! love and peace!) Ren, hiciste que Vash fuese un muy, pero que muy buen personaje.
Luego tenemos a Captain Harlock. Es un pirata espacial. Quiero decir. Pirata. Espacial. Pelirrojo. Nave espacial en forma de galeón. De galeón. Libre y con dos bien puestos porque hace lo que le rota, en vez de someterse al gobierno de algún planeta. Era obligatorio, necesario y recomendable quererle.
Pero si tiene hasta el parche en el ojo, la cicatriz y el loro de rigor. Fue amor a primera vista.
Y al final, como he decidido que al Capitán lo veré por mi cumpleaños, he buscado al otro pelirrojo.
Que también tiene su cicatriz en la mejilla, y también va por libre.
Rurouni Kenshin, ¡qué gran serie eres!
¿Por qué hacía tanto tiempo desde la última vez que te vi, y por qué me sigo sabiendo gran parte de los diálogos de los primeros capítulos?
Sois mis cuatro animes de cabecera.
Mis cuatro reyes para ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario