miércoles, 28 de marzo de 2018

Pink warrior

Tengo una amiga guerrera. Punto.
Tiene más fuerza en su cuerpecillo que todos los demás juntos esta semana.
Y ahora, limpia, requetecosida y saliendo de la anestesia, tiene la sonrisa más grande de toda la planta del hospital.
Y en una semana ha pasado de no saber nada, a tener que armarse contra todo. Y ha ganado.
Pero ha ganado de forma absoluta, completa, inmensa. Ha ganado por todo lo alto, superando todas las posibilidades que se ofrecían.
Y aunque ahora tiene una leve cicatriz en el cuello que un día será una enredadera de recuerdos y energía, ahora mismo, es la persona más alegre y peleona del universo. En una semana le han dicho que tiene cáncer. En inicio de metástasis. Y a los siete días, tres horas de operación, ya no hay rastro del enemigo.
Sólo una gran sonrisa, una voz preciosa y una sonrisa inmensa.

Como digo, una guerrera muy dura. Y ha ganado de forma aplastante y sonriente.

Tengo demasiada alegría dentro del cuerpo ahora mismo. Y seguirá siendo poca para celebrar esta victoria.

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